No todos los incendios se
desarrollan de la misma forma, aunque todos pueden pasar por cuatro etapas de
desarrollo, si no se interrumpe a tiempo. Para detener a tiempo cualquier
incendio que se desarrolle cerca de nosotros es importante saber esta información.
Etapa
incipiente: Se caracteriza porque no hay llamas, hay
poco humo, la temperatura es baja; se genera gran cantidad de partículas de
combustión. Estas partículas son invisibles y se comportan como gases,
subiéndose hacia el techo. Esta etapa puede durar días, semanas y años (un
árbol de Sequoia en California, en cuyo tronco una persona echó un cigarrillo
prendido, estuvo en esta etapa durante tres años).
Etapa
latente: Aún no hay llama o calor significativo; comienza a
aumentar la cantidad de partículas hasta hacerse visibles; ahora las partículas
se llaman humo. La duración de esta etapa también es variable.
Etapa
de llama: Según se desarrolla el incendio, se alcanza el punto de
ignición y comienzan las llamas. Baja la cantidad de humo y aumenta el calor.
Su duración puede variar, pero generalmente se desarrolla la cuarta etapa en
cuestión de segundos.
Etapa
de calor: En esta etapa se genera gran cantidad de calor, llamas,
humo y gases tóxicos.
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